
Si está cansado, Mikey García lo esconde bien. El hombre que ostenta fajas en cuatro divisiones vino a Miami para extenuantes rondas de prensa luego de su triunfo sobre Robert Easter Jr. y se mueve como pez en el agua, seguro bajo los reflectores, confiado en lo que ha hecho.
En medio de los comentarios sobre un combate futuro contra Errol Spence Jr. que están levantando furor entre los aficionados del boxeo, García no contiene una gota de arrogancia. Humilde y centrado, siempre ofrece su mejor sonrisa, no evade las preguntas, ni una relacionada con Yuriorkis Gamboa.
Poco a poco va alcanzando la proyección de mega estrella. Se le reconoce y admira. En Miami ha repartido su carisma y su tiempo. Solo le quedan unas horas para disfrutar de la playa antes de volver a California, pero afirma que le encanta la ciudad y su gente. Es un rey sin estridencias.

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